• 21/11/2024 05:53

¿Con Ley y sin gobernanza?

Jul 2, 2024

Encuentro de Mauricio Macri con legisladores y mandatarios del PRO que confirmó un panorama sombrío para el gobierno
Apenas aprobada la Ley Bases y el Paquete Fiscal, Mauricio Macri organizó una cumbre de urgencia del PRO, preocupado por el naufragio del gobierno de Javier Milei. El ex presidente trazó un gravísimo cuadro de situación, y ordenó a la cúpula del partido la preservación de la identidad y el blindaje de la fuerza. Asimismo tomó distancias del gobierno al condenar el intento de Golpe de Estado en Bolivia, hecho ante el cual el gobierno se mantuvo en silencio.
Mauricio Macri ya había anticipado un cambio de actitud frente al gobierno después de la aprobación de esas herramientas legislativas, pero no se esperaba que fuera tan inmediato. La razón es muy clara: el ex presidente está convencido de que «no se ve la salida», y de que «no hay rumbo político» en el gobierno. «No va a haber estabilización económica sin orden político», sentenció.
Macri comunicó que empresarios y financistas le manifiestan su preocupación por el curso de las variables económicas y financieras, ante la falta de un plan económico concreto que, además, tenga un amplio consenso político y social. El dólar sigue disparándose, prácticamente no se acumularon reservas en junio y en pocos días más el gobierno deberá afrontar el pago de vencimientos multimillonarios. Por si fuera poco, Luis Caputo no le paga a las energéticas y ha anunciado un canje forzoso de bonos que causó conmoción en el sector bancario. Con Caputo y Sturzenegger como laderos, el fantasma de la repetición del 28 de diciembre de 2017 se esparce por todas partes.
En el PRO evalúan que la situación ha alcanzado tal gravedad que aquel pronóstico de que «si a Milei le va bien, absorbería al PRO; y si a Milei le iba mal, lo arrastraría con su fracaso», debe ser archivado. «Ya está, colaboramos y empujamos para que saliera (la Ley Bases) pero, desde ahora, nosotros vamos a votar lo que nos parezca y ya no nos callamos más», repetían a la salida del encuentro.
Mauricio Macri, además, convocó a «diferenciarse» del gobierno, y soltarle la mano a quienes participan a título personal de la actual gestión. Pero quienes aún se niegan a cortar lazos con Patricia Bullrich interponen que «es difícil diferenciarse de un gobierno que impulsa cambios que el PRO también suscribe, por lo que sólo nos quedaría diferenciarnos en algún aspecto más social, pero para eso están los radicales o la Coalición Cívica». Y aún quedan los que siguen reivindicando a Horacio Rodríguez Larreta, y exigen reconocimiento por su diagnóstico inicial. «Nosotros dijimos que la sociedad nos eligió para ser oposición, por más que en el ballotage votaran a Milei contra el peronismo, ya que no somos libertarios ni anarcocapitalistas, no sabemos lo que es eso y no tenemos por qué caer ahí».
A tal punto llega también el naufragio del PRO, que María Eugenia Vidal llegó a negar que Juntos por el Cambio hubiera dejado de existir. «Estamos en un proceso donde a nivel nacional se perdió la elección, y eso genera reconfiguraciones», sostuvo, a contrapelo de los datos que provee la realidad. Y, contradiciéndose, afirmó inmediatamente que: «Hoy no somos parte del gobierno, no tenemos una coalición de gobierno, no tenemos un interbloque».

Más allá de las divergencias, en el PRO están convencidos de que deben conservar la estructura y la identidad partidaria, diferenciándose de un gobierno que le arrancó muchas de sus banderas pero que presenta un nivel de precariedad conmovedor que es percibido por los mercados, por lo que la situación económica y financiera se complica día tras día. Muchos coinciden con el diagnóstico de que, más pronto que tarde, el país terminará de caer en la “hiper-recesión” o la “depresión” económica, y que le será muy difícil al presidente concluir su mandato. En este hipotético escenario, el PRO sueña con convertirse en la sucesión natural de este gobierno, por lo que es hora de tomar distancias para limpiar su imagen ante lo que podría suceder.