Pese a que las urnas confirmaron el diagnóstico de una “elección de tercios”, tal como había anticipado Cristina Fernández dos meses atrás, ya desde el día después de las PASO la candidatura de Patricia Bullrich se quedó sin gas. Instrumento del objetivo de Mauricio Macri de utilizarla para liquidar a Horacio Rodríguez Larreta y con una acotada cosecha personal de votos, ya la misma noche del domingo el fundador del PRO salió a celebrar un “cambio de era” y, tras felicitarla, resaltó que “sumando los resultados de Javier Milei y los nuestros es enorme esta mayoría de argentinos que planteamos un cambio profundo como no existió en décadas”.
A partir allí, la estrategia de la alianza Macri-Milei construyó su estrategia hacia las generales antagonizando al libertario con la coalición UxP, y esta le respondió adoptando otra similar. El pato de la boda fue Patricia Bullrich, convertida en un escollo para la batalla final, la del “voto útil”, entre los dos candidatos individualmente más votados.
Entre acercamientos y tomas de distancia propios de toda negociación política, nos desayunamos este sábado con el anuncio de Javier Milei: “Si soy presidente, Macri tendría un rol destacado como representante de la Argentina. Sería una figura por encima de Cancillería y demás… un representante del país, no sé cómo se define, habría que crear la figura, pero creo que es alguien que puede abrir mercados”.
La novedad, que significa la confirmación del pase a retiro de Bulrrich, conmovió a todo el espectro político. Y si bien Macri se mantuvo en silencio, fue un allegado suyo, Fernando de Andreis, el encargado de salir a desmentirlo: “No hay ninguna posibilidad de que Mauricio acepte esa propuesta ni de que lo apoye”. Y aclaró que: “No cabe duda sobre a quién apoya Mauricio, que es a Patricia Bullrich y los candidatos de Juntos por el Cambio. Nos sorprende que algunos se presten al juego de querer apropiarse de Mauricio.”
Sin embargo, la desmentida no fue suficiente para invalidar el anuncio de Milei, ya que los gestos y declaraciones cruzadas hablan por si mismos. Gerardo Morales acaba de cruzar al libertario por su macabro plan de destrucción de la educación pública. “Lilita” Carrió, disgustada, renunció a su candidatura al Parlasur, aunque luego su entorno trató de suavizar el portazo adjudicando la decisión a “cuestiones de salud”. Y otro radical, “Freddy” Storani, llamó a votar a Leandro Santoro en la CABA.
La desmentida resulta aún menos creíble si se tiene en cuenta que, hace tiempo ya, Macri le había acercado a Milei empresarios de su confianza para que lo financien, y así se sumó a su campaña el consultor político Santiago Caputo, sobrino de «Nicky», el “hermano de la vida” del presidente.
Pero el tema no quedó allí. Pedro «Pierre» Pejacsevich, empresario y compañero del equipo de Bridge de Macri, aportó $ 3 millones a la campaña del libertario, y está organizando cenas en el exclusivo restaurante Elena, del Hotel Four Seasons, con un cubierto de U$D 50 mil, para contribuir a su financiamiento, por indicación del ex presidente.
Lo cierto es que, entre anuncios y desmentidas, la candidatura de Bullrich está agonizando desde su confirmación en las PASO. Nadie la toma en serio y, en cada aparición pública, confirma sus modestas dotes para aspirar al cargo que se postula. Desde el domingo, el escenario político cambió, y se llevó puesto el escenario de tercios que ese mismo día parecía haberse confirmado.