Una vez más, Javier Milei perdió la escasa estabilidad emocional de que dispone. Pero no fue una vez más: dio la impresión de que su punto de apoyo en la realidad, el empresario Eduardo Eurnekian, se le disolvió. El libertario quedó muy golpeado por los conceptos vertidos por quien fue su patrocinador durante largos años. No fue la única mala noticia que recibió durante los últimos días: la reunión del fin de semana de Sergio Massa con gobernadores radicales y peronistas, para debatir un gobierno de “unidad nacional”, lo terminó de sacar de quicio.
Las declaraciones de Eurnekian, pidiéndole que “se tranquilice”, «porque no estamos en condiciones de aguantar otro dictador”, lo conmovieron. Y reaccionó de la única manera que sabe: apelando a su instinto y a la emocionalidad. Este lunes, tras anunciar que, tras presentarle un escrito al presidente Alberto Fernández para «revisar ingresos» al Estado, realizarán «una denuncia para frenar estos ingresos a planta permanente, no solo ingresos de personas sino contrataciones». Es en este último punto en el que Milei salió a confrontar con Eurnequian, ya que la presentación judicial incluye a los contratos de los DNI. «Le estamos parando eso a Eurnekian», disparó. El candidato libertario no tiene la menor estabilidad emocional, y aquí quedó demostrado una vez más: sin medias tintas, no dudó en atacar a la mano que le dio de comer durante décadas.
Para justificarse argumentó que las críticas del empresario estaban motivadas en su conocimiento de esta decisión. «Quizás no le gustó que le paráramos eso, pero estoy para gobernar a 47 millones de argentinos, no me importa en el medio a quien beneficia o perjudica».
Pero si ya Milei estaba disgustado con las afirmaciones públicas de Eurnekian –un empresario de bajísima exposición pública que interrumpió su larguísimo ostracismo mediático para salir a desautorizarlo ante la catástrofe que podría suponer su llegada a la presidencia-, la reunión de Sergio Massa con gobernadores del Norte Grande en Salta terminó de hacerlo derrapar.
El encuentro tuvo lugar en la en la Residencia Gubernamental Salteña, y allí acompañaron al candidato de UxP Gustavo Sáenz (Salta); Raúl Jalil (Catamarca), Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Gildo Insfrán (Formosa), Ricardo Quintela (La Rioja), Gerardo Morales (Jujuy), Oscar Herrera Ahuad (Misiones), Gustavo Valdés (Corrientes) y Juan Manzur (Tucumán), todos pesos pesados y con un gran impacto territorial en sus provincias. La cordial reunión –fotos incluídas- confirmó los dichos de Yacobitti de que no creía que ningún radical votara a Milei en segunda vuelta.
A Milei pareció caérsele el mundo abajo, por lo que, una vez más, salió a pegar golpes y patadas al aire. Acusó al radicalismo de pactar con Sergio Massa y no ocultó su rencor: “Juntos por el Cambio decía que nosotros teníamos un acuerdo, pero ellos son eso”, tras lo cual pronosticó la ruptura de Juntos por el Cambio en caso de que Bullrich no consiga entrar al ballotage.
No se quedó en eso: también denunció un presunto acuerdo de un sector de la Unión Cívica Radical con Sergio Massa, haciendo referencia a las declaraciones del ministro-candidato, quien reiteró su compromiso de que, en caso de llegar a la presidencia, «haya gente de otras fuerzas políticas» en su gabinete, y lanzó oficialmente su propuesta de encabezar un «gobierno de unidad nacional».
Los comentarios de los medios salteños destacaron: «Que nadie se extrañe si un radical es ministro», y hasta se sugirió la posibilidad de que Morales fuera su Ministro del Interior o, incluso, su Jefe de Gabinete. La novedad se sumó a las sospechas dentro de JxC de que , la decisión del sector radical de Evolución de dar quórum para el tratamiento del Proyecto de impuesto a las Ganancias en el recinto de la Cámara de Diputados, sumado a la inclusión de 10 puntos del programa de Lousteau en la plataforma de Santoro y los dichos del candidato porteño de UxP de que estaba dispuesto a convocar a “funcionarios de Rodríguez Larreta” a integrar su propia gestión, hicieron saltarle la térmica al libertario.
Milei expresó en tono de denuncia todos sus temores. «Morales y Valdés son dos gobernadores de Juntos por el Cambio sumándose a Massa. Los radicales llamando a votar en Capital a Santoro, los radicales proponiendo irse con Massa… ¿De qué estamos hablando?».
El candidato de La Libertad Avanza hizo a continuación un pronóstico apocalíptico sobre el sistema político argentino. «Si el 22 de octubre hacemos una elección muy buena, que pasemos a segunda vuelta, o ganar en primera, y JxC queda tercero, va a haber un rompimiento del sistema político, tal como existe hoy ya no existiría mas. De hecho ya no existe», sentenció.
Y, finalmente, buscó una vez más diferenciarse de la salida democrática que propone Sergio Massa, al afirmar que, en caso de llegar a la presidencia, él no convocará a un «gobierno de coalición», sino que tendrá un «ordenamiento», con quienes «están del lado de la libertad».
¿Cómo conseguiría llevar a cabo su gestión con minoría en ambas cámaras? Tiempo atrás ya había anticipado su estrategia: recurrir al plebiscito para desautorizar al Congreso, violando abiertamente la Constitución Nacional. En la Alemania de las década de 1930 alguien hizo lo mismo: sus consecuencias fueron 50 millones de muertos y una cifra similar de heridos irrecuperables.
Pero esta estrategia de Milei encuentra un nuevo impedimento en las declaraciones públicas del Presidente de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, a quien no dudó en atacar con su enjundia habitual durante el fin de semana.
Podríamos preguntarnos qué forma de gobierno pretende implementar Milei, con la Constitución, el Congreso, y la Corte Suprema en su contra. Claramente avanzaría hacia el autoritarismo. De ahí la decisión de Eurnekian de salir a desautorizarlo, con el argumento de que «no estamos en condiciones de aguantar otro dictador”.
Las cartas ya están echadas sobre la mese: Democracia con gobierno de unidad nacional con Massa, o amenaza cierta de dictadura con Milei.
Que no te engañen: si tiene cuatro patas, mueve la cola y ladra, es muy difícil que no sea un perro.