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¡En tu cara, Caputo! Un alto referente empresarial le disparó: «Nuestra situación empeoró con ustedes»

Jul 2, 2024

La paciencia de los empresarios comienza a agotarse. Con un dólar atrasado y cifras escalofriantes de caída en la producción, la actividad industrial, el comercio y el desempleo, Gustavo Weiss, el titular de la Cámara de la Construcción (CaMarCo), le disparó frontalmente al Ministro de Economía, reclamándole por el «daño fiscal» que significa mantener obras paralizadas y el aumento de la pobreza.
Sin medias tintas, y ante un ministro que lo observaba atónito, Weiss no se guardó sus críticas sobre el desempeño del gobierno y le adjudicó total responsabilidad de la crisis que atraviesa el sector. «Nuestra situación empeoró con este gobierno», enfatizó.
El presidente de la Cámara Argentina de la Construcción no se limitó a esa sentencia, sino que agregó que «El 2024 está irremediablemente perdido» y lanzó un duro pronóstico: «No creo que haya ninguna reactivación este año».
Posteriormente Weiss confirmó sus dichos ante los periodistas. «Es un diagnóstico duro pero real que no puede estar ausente en nuestro encuentro anual», reconoció, para luego detallar las problemáticas sociales que reclaman resolución urgente, producto de la recesión, la pobreza, la indigencia y el narcotráfico que fueron estimuladas por las políticas de ajustes de la gestión Milei.
Durante el encuentro, los expositores dejaron en claro que la crisis que atraviesa la construcción no fue la consecuencia de un “cataclismo natural”, sino de la decisión del gobierno nacional de privilegiar la recaudación fiscal en detrimento de la actividad económica. «Nosotros somos el sector que, fuera de los jubilados, más está sufriendo el ajuste», sostuvo Weiss. Y sentenció que: «La parálisis de la obra pública produce un daño fiscal enorme», dijo.
Weiss acompañó su duro diagnóstico con datos concretos extremadamente preocupantes: el Estado Nacional acumula una fabulosa deuda con las empresas constructoras que supera los los $ 400.000 millones, correspondientes a los meses de septiembre, octubre y noviembre del año pasado, por 3500 obras paralizadas, en especial rutas y viviendas. «Hubo pagos esporádicos pero el grueso de esa suma, aún está pendiente y con riesgo de licuarse por la inflación», subrayó. Y le reclamó al ministro, que no sabía de qué disfrazarse, que «Lo primero que necesitan las empresas es que se les pague lo que se les debe por lo hecho. El gobierno posterga el pago porque privilegia el superávit y les viene bien porque la licuación es más grande».
Weiss fue consulado por los periodistas sobre el eventual impulso a la actividad de la construcción que podría acercar la implementación del RIGI, pero también en este caso la respuesta fue muy negativa: «Aún si el país cumpliera con estas condiciones, en el mundo, las inversiones privadas no superan el 15% de la inversión total. El resto lo hace siempre el Estado», sentenció.
Finalmente, al requerírsele información sobre el impacto de la desocupación en el sector, Weiss recordó que la caída de los puestos de trabajo había sido estimada por la dirigencia gremial en 130.000 los empleos directos perdidos respecto del año pasado, a lo que debería agregar que por cada empleo directo se genera uno indirecto. De este modo, «el impacto potencial en el nivel de empleo es prácticamente el doble», consignó.
El titular de CaMarCo fue el primero en expresar directamente su descontento, de manera presencial, transmitiendo las preocupaciones y el malestar del sector que representa. ¿Será el único o se replicará su ejemplo?