Poco parece haberle durado al gobierno su capacidad de resistencia frente a las presiones devaluatorias que ejercían el FMI, el campo y el mercado financiero. Después de que el Banco Central tuvo que vender este miércoles U$D 80 millones para hacer mantener al dólar blue y al paralelo en los niveles del miércoles pasado, luego de que el billete papel había arañando los $ 1400.
La situación económica es desesperante. No sólo por cómo impacta en la sociedad, lo que quedó en claro la semana anterior cuando se publicaron datos oficiales que confirmaron que las ventas mayoristas, los supermercados y los shoppings habían caído como un piano en los tres meses iniciales de la gestión Milei, mientras que la desocupación aumenta de manera muy preocupante y llegó al 9,9% en el conurbano bonaerense; sino también porque en estos meses en los que el Central debió haber acumulado divisas sólo lo ha hecho en ínfima proporción, dedicándose más a vender para evitar las subas que a aumentar sus arcas.
Por más que el gobierno insista en desmentirlo, no el atraso cambiario es inocultable, y ya se consumió la devaluación del 118% dispuesta en diciembre, con el único resultado de un empobrecimiento generalizado de la sociedad, la pérdida de decenas de miles de empleos y el cierre de numerosas PyMES, sin otro resultado que la concentración de riqueza en manos de grandes empresas, especuladores financieros y entidades bancarias. Mientras tanto, el presidente Milei ha permanecido fuera del país un promedio de 1 cada 5 días en lo que va de su mandato, y las soluciones no aparecen. Sólo crece su mitomanía, que lo ha llevado a autopostularse para el Premio Nobel.
Urgido por la necesidad, el ministro de Economía Luis “Toto” Caputo prepara un conjunto de anuncios para ser lanzados inmediatamente después de la aprobación de la Ley Bases.
Entre lo poco que trascendió de estas medidas, ha circulado que analiza bajar el impuesto País del 17,5 al 7,5%, lo que tendrá como inmediato correlato una suba automática del dólar oficial en un porcentaje similar a esos 10 puntos. Simultáneamente pretende bajar en esa misma proporción el porcentaje de dólar blend que se les permite liquidar a los exportadores, que bajaría así del 20 al 10%.
Estas medidas parecen ser una respuesta moderada a las exigencias del FMI, que puso como límite el fin de este mes para ensayar una nueva devaluación, la eliminación del impuesto país y del dólar blend, y la unificación del tipo de cambio.
Con estas disposiciones, Caputo y su equipo creen que podrán incrementar la adquisición de divisas por parte del Banco Central para hacer frente a sus obligaciones financieras, y que desde hace semanas se mantienen prácticamente congeladas. Se compra muy poco y se vende casi lo mismo para mantener la cotización de los dólares paralelos. Sólo con reducir el porcentaje de las ventas con el dólar blend, ese 10% debería liquidarse a través del Central.
Sin embargo, no parece que los exportadores vayan a aceptar este cambio sin inmutarse, para liquidar los casi U$D 14.000 de la cosecha que mantienen retenida, ya que exigían un margen mayor de rentabilidad.
Pudo saberse que en el equipo económico consideran que la baja del Impuesto País se compensaría con la suba del Impuesto a las Ganancias a la cuarta categoría que aprobaría Diputados este jueves, concretando así una manifiesta violación del sistema bicameral. Pero aún así esta solución traería aparejados nuevos problemas: primero, porque el impuesto a las Ganancias es coparticipable, por lo que seguramente las provincias encontrarían grandes dificultades para recibir lo que les corresponde, tal como ha sucedido durante toda la gestión Milei; segundo, porque la drástica disminución del Impuesto a los Bienes Personales que se apresta a sancionar Diputados también debería ser compensada por Ganancias; y tercero, porque para el día después a la concreción de esta gravísima violación constitucional la oposición no colaboracionista iniciará la judicialización de lo dispuesto por diputados, reclamando la vigencia del texto constitucional.
Después de las desafiantes declaraciones de Caputo y de Milei contra el FMI, una vez más el gobierno ha debido poner el violín en bolsa ante las exigencias de los poderosos. Fuerte con los débiles, sumiso con los fuertes: una lógica que siempre se aplica a la gestión Milei, no importa cuando la leas.
pese a , las personas físicas que aprobaría el Congreso, aunque este sea coparticipable.