Después de semanas de idas y vueltas en las negociaciones bilaterales, el Ministerio de Economía y el FMI publicaron un comunicado conjunto en el que se anuncia que, finalmente, se ha alcanzado un acuerdo. En los próximos días, Sergio Massa viajará a los EEUU para firmarlo.
Según explica el comunicado conjunto, a la postre se acordaron “objetivos y parámetros centrales”. No fue una negociación sencilla, ya que el organismo de crédito adoptó una posición muy dura, en las antípodas de la que demostró en su momento con el gobierno de Mauricio Macri al otorgarle un generosísimo préstamo violatorio de los Estatutos del FMI para respaldar su intento de reelección. Finalmente Macri perdió y el dinero se fugó de la Argentina, pero la decisión de la gestión del gobierno de Cambiemos pesará sobre las espaldas de los argentinos durante décadas.
El comunicado conjunto pone su foco en la consolidación fiscal, el fortalecimiento de reservas y el reconocimiento del impacto de la sequía. Para conocer la letra chica del “Staff Level Agreement” habrá que esperar unos días. En el posteo de las cuentas respectivas de Twitter sólo se adelanta el alcance de un consenso sobre “los aspectos medulares del trabajo técnico de la próxima revisión” del programa vigente.
El FMI anuncia en su cuenta que “se han acordado los objetivos y parámetros centrales para un Staff Level Agreement que se espera finalizar en la semana entrante para luego avanzar en la revisión del programa de Argentina”.
Una vez alcanzado este primer objetivo de negociación, Sergio Massa viajaría a Washington en los próximos días, para cerrar la ingeniería de los próximos pasos, relacionados con desembolsos de dinero y cumplimiento de pagos.
El acuerdo, según explica el comunicado conjunto, “busca consolidar el orden fiscal y fortalecer las reservas, reconociendo el fuerte impacto de la sequía, el daño a las exportaciones y los ingresos fiscales del país”.
De este modo, la Argentina logra el objetivo de reconocimiento expreso del FMI del tremendo impacto que tuvo la sequía sobre el desempeño de la economía y las metas del programa, eliminando la alternativa de caída en default. Claro está que aún falta saber fechas y montos de los desembolsos que hará el organismo de crédito. Pero el anuncio resulta clave para calmar la ansiedad de los mercados sobre la escasez de reservas del Banco Central, que motivó la subida del dólar blue en los últimos días.
Desde el Ministerio de Economía informaron además, de manera informal, que los términos del acuerdo están ya consensuados, y también el programa de desembolsos del segundo semestre, aunque serán dados a publicidad el próximo miércoles o jueves. Asimismo se destacó el fuerte apoyo y participación de la Casa Blanca y del Congreso de los Estados Unidos para alcanzar el entendimiento.
El Ministerio de Economía había postergado hasta el lunes 31 de julio los tres pagos de intereses de la deuda al FMI que vencían este mes, por alrededor de U$D 2.660 millones. Y el martes 1 de agosto se sumaba un nuevo vencimiento por U$D 830 millones, sumando un total de U$D 3.500 millones.
Ese mismo lunes 31 de julio se inicia el receso de verano norteamericano, por lo que se supenderá la actividad del FMI por varios días. De este modo, no queda claro si su Directorio llegará a tratar y aprobar el acuerdo antes de esa fecha, pero de todos modos el anuncio oficial del acuerdo garantiza calma en los mercados.
El entendimiento con el FMI le permitirá a Sergio Massa quitarse provisoriamente la espada de Damocles que pesa sobre su cabeza y afrontar el calendario electoral utilizando los fondos disponibles en las arcas argentinas para seguir abasteciendo a los importadores y mantener cierto margen de intervención en el mercado cambiario.
Si bien no hay información confirmada, se especula con el anuncio de un nuevo dólar agro a $ 350 destinado a las economías regionales, en especial a productos como maíz, girasol, cebada y sorgo. Esto permitiría ingresar unos USD 2.000 millones adicionales a las arcas públicas.
Pero, para no tener que vender esas divisas a un precio inferior al que demanda su compra, se implementaría un nuevo impuesto PAIS –tal como el que se aplica al dólar ahorro y al turismo-sobre las importaciones de servicios y productos suntuarios, con una tasa del 30%.
Con esta medida se encarecerán las importaciones, sin necesidad de recurrir a una devaluación formal como la que exigía el FMI. El nuevo impuesto fortalecerá el frente fiscal y desalentará la compra de divisas, para cuidar las reservas, tal como exigía el organismo de crédito, que en su último Staff Report denunciaba un atraso cambiario de cerca del 25 %.
El anuncio resulta trascendental para afrontar el proceso electoral con cierta calma financiera, y significa un nuevo logro del Ministerio de Economía, que demostró su habilidad para combinar la negociación con un astuto juego diplomático.
No es poco.