En la cena de despedida a los Senadores salientes de UxP, Cristina Fernández salió a marcarle la cancha a las aspiraciones de Mauricio Macri de quedarse con la Presidencia de las Cámaras de Senadores y de Diputados, en abierta contradicción con la tradición que marca que, más allá de la cantidad de legisladores, por cortesía debe dejarse en manos de la fuerza que desempeña el gobierno nacional.
“He hecho del respeto a la voluntad popular y a las instituciones una práctica que no pienso abandonar por nada ni por nadie”, afirmó Cristina. “Siempre he hecho del respeto a la voluntad popular, a las instituciones y a mi propia coherencia, una práctica política que no pienso abandonar”, agregó.
El eje de su argumentación se centró en afirmar que, en virtud de la tradición existente, tanto la Presidencia Provisional del Senado como la Presidencia de la Cámara de Diputados le corresponden a La Libertad Avanza. Y recordó como ejemplo la actitud que asumió el Frente para la Victoria al momento de la asunción del Gobierno de Mauricio Macri, en 2015.
“Viene al caso recordar que en el año 2015, después de que el Frente para la Victoria perdiera el balotaje por una mínima diferencia, sostuve que había que respetar la línea sucesoria del Poder Ejecutivo pese a que Cambiemos –ganador de ese balotaje– no contaba con las mayorías necesarias, como sucede ahora con La Libertad Avanza. Fue así que asumieron Federico Pinedo como Presidente Provisional del Senado y Emilio Monzó como Presidente de la Cámara de Diputados.”
Esta misma posición es sostenida por el radicalismo, que plantea hacer una “oposición responsable” al gobierno de Milei, y la mayor parte de la dirigencia del PRO que no se somete al liderazgo de Mauricio Macri. El problema –sostienen desde la cocina de JxC- es que el ex presidente quiere coparle el gobierno a Milei para hacerlo desbarrancar y obligarlo a renunciar, por lo que le resulta indispensable tener a un cuadro propio en el orden sucesorio. De ahí el interés por ubicar a cuadros que le respondan en la línea sucesoria, en el marco de una estrategia de desestabilización más que de apoyo del gobierno que aún no asumió, para así conseguir por andariveles institucionales la primera magistratura que la ciudadanía le negó en las urnas.