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Caputo no consiguió dólares frescos y Javier Milei debió pedirle ayuda a Sergio Massa para destrabar el swap con China

Dic 10, 2023

No hace demasiado tiempo Cristina Fernández afirmó que los agravios, en la política, caducan en seis meses. Carlos Menem, mucho más atrás, había afirmado que “Si decía lo que iba a hacer, no me votaban”. Y, aún más lejos, el radical Raúl Baglini había formulado su célebre teorema: las convicciones de los políticos son inversamente proporcionales a su cercanía al poder, aplicando a la política criolla la tesis de John Galsworthy: «El idealismo se incrementa en proporción directa a la distancia de uno del problema» (“Idealism increases in direct proportion to one’s distance from the problem”). Todas estas sentencias parecen ser verdades incuestionadas para la Argentina y, pese a que Javier Milei intentó presentarse como “lo nuevo” en su campaña electoral, tampoco conseguirá escapar a ellas.
El prometido ajuste que afectaría exclusivamente a la “casta” se convirtió en un ajuste liberal clásico siguiendo los lineamientos del FMI. Su definición del Papa Francisco como “enviado del Siniestro” se transformó en alegría ante los buenos deseos que le llegaron desde el Vaticano. La “dolarización” y su gurú, Emilio Ocampo, salieron eyectados de su gabinete; el Banco Central, lejos de ser eliminado, quedará bajo la órbita del Ministerio de Economía y a cargo del socio de Luis Caputo en su estudio. En cambio, quedaron la alianza con Jair Bolsonaro, Vladimir Zelenski y Donald Trump, la decisión de no integrar a nuestro país a los BRICs, cuyas consecuencias sólo podremos evaluar en su real magnitud en los próximos meses y años.
El nuevo presidente decidió concederle “llave en mano” el área económica al “Messi de las finanzas”, revirtiendo su opinión descalificatoria precedente. Pero Caputo, desde un primer momento, parece no haber conseguido cumplir con sus promesas de obtención de financiamiento externo para el nuevo gobierno. Hasta ahora, no se han conseguido más que promesas subordinadas a los éxitos de la gestión y, sobre todo, de la comprobación de que su drástico plan de ajuste no resentirá la gobernabilidad de administración que se inicia. De este modo, el sustento en divisas frescas, indispensable para afrontar lo que vendrá, al día de hoy brilla por su ausencia.
Días atrás, el nuevo presidente mantuvo una reunión secreta con Sergio Massa que duró más de dos horas en un «lugar neutral», de la que también participaron Juan Manuel Olmos, Guillermo Michel y Karina Milei. Milei está preocupado por los vencimientos de deuda que deberá afrontar apenas asuma, pero el ex candidato de UxP lo tranquilizó al asegurarle que le dejaba fondos para pagar el aguinaldo y los sueldos de diciembre y las condiciones necesarias para hacer un roll over de la deuda que vence el próximo mes. Esta información se difundió a posteriori en un informe de cierre de gestión con la firma del saliente Secretario de Hacienda, Raúl Rido -a quien Milei tratará de retener- y el propio Massa.
Ante la carencia de equipos propios, Milei también pretende la continuidad de Leonardo Madcur, el negociador en jefe con el FMI, de Michel y de Flavia Royón. Su Ministro del Interior, Guillermo Francos, cuenta con una hoja de ruta en la que se destacan su vinculación con Domingo Cavallo en los años 90, y con el Frente Renovador en la última década. Pero, lo que desvela al nuevo presidente es que, de aquí al fin del verano, la Argentina enfrenta vencimientos totales por U$D 10.000 millones, y que el “Toto” Caputo no sólo no ha conseguido uno sólo de los dólares que prometió, sino que también el FMI confirmó la pésima opinión que tiene de él y que no es ninguna novedad.
Así las cosas, y después de cansarse de afirmar que no mantendría relaciones con la China “comunista” ni se incorporaría a los BRICs, Milei tuvo que pedirle apoyo a Sergio Massa para reflotar el Swap que la potencia oriental suspendió como respuesta a las agresiones del libertario. Massa siguió mostrando su actitud colaborativa con las nuevas autoridades, tal como viene haciéndolo desde la definición del balotaje, pero satisfacer ese deseo escapa de su competencia. Si Milei quiere recuperar el financiamiento chino deberá viajar a Beijing y firmar un acuerdo de compromiso de «amistad» con el régimen comunista.
De este modo Cristina, Carlos Menem y Baglini verían confirmadas una vez más sus sentencias, siempre vigentes.