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Escenarios económicos para 2024, según la consultora Equilibra

Dic 31, 2023

El economista Martín Rapetti, socio de Diego Bossio en una de las consultoras más prestigiosas del mercado argentino, Equilibra, presentó un paper bastante alarmante sobre las expectativas económicas para 2024. El informe lleva como título “Las fuerzas del cielo vs. las de la tierra: ¿un choque en puerta?”, y explica que las posibilidades de una espiralización de la suba de precios no está conjurada.
“En un contexto de inflación mensual de entre 20% y 25%, un salto cambiario podría fácilmente poner a la economía al borde de la hiperinflación. No es un escenario de probabilidad cero”, plantea Rapetti.
Se trata de un extenso documento, en el que se hace un repaso de las principales medidas y su impacto. A continuación plantea diversos escenarios para el año entrante, aunque todos ellos están marcados por una importantísima caída de los ingresos reales tanto del sector informal como formal de la economía, producto de la corrección de precios relativos y el fuerte impacto inflacionario de las primeras medidas adoptadas. Según las estimaciones de Rapetti, la inflación acumulada entre diciembre y fin de febrero se ubicará en torno a 100%.
“Para cuando arranquen las clases, la economía habrá vivido un trimestre con una inflación mensual promedio en torno a 25% (un total de casi 100% de inflación en tres meses) y experimentado una caída del poder de compra de los salarios superior al 10% en el segmento formal y todavía mayor en el de los informales. La actividad y el empleo habrán caído también. Es de esperar que para ese entonces —fines de febrero, principios de marzo— el ímpetu desregulador y liberal del gobierno de Milei empiece a tensionar contra las demandas terrenales de la sociedad”, pronostica, para inmediatamente interrogarse sobre si estas tensiones podrán ser toleradas por la sociedad.
“El impacto estanflacionario del ajuste fiscal vendrá de la caída en los ingresos de los jubilados y perceptores de asignaciones y transferencias, así como de la merma de la obra pública, pero principalmente de la reducción de subsidios a las tarifas de energía eléctrica, gas, agua y transporte público que acelerarán la inflación”.
Si bien no es posible definir aún la magnitud y la secuencia del ajuste tarifario, la corrección de los retrasos tarifarios implicaría un incremento superior al 300%. “Las clases media y media-baja serán los segmentos más golpeados por la corrección”, apunta.
Los ajustes ya realizados significaron una suba del precio de la nafta del 92%; los medicamentos 52%, cigarrillos 37% y varios productos que estaban incluidos en el Programa de Precios Justos entre 40% y 60%, lo que arrojaría una inflación para el mes de diciembre del 26%, según Equilibra.
Rapetti traza un panorama muy preocupante. “Si en el complejo tránsito que imaginamos hasta la estabilización, el Gobierno cometiera errores no forzados, si la sociedad perdiera la paciencia y retirara el apoyo, o si la oposición, envalentonada por un contexto más propicio a la crítica y al bloqueo, ejerciera su rol de modo más incisivo, los mercados podrían comenzar a dudar respecto a, no a la voluntad, sino a la capacidad del Gobierno de Milei de emprender su proyecto transformador (por no decir “revolucionario”)”. En caso de que esto sucediera, “sería natural” una abrupta caída de la demanda de los activos argentinos y una fuerte presión sobre el mercado cambiario. “Ese es el escenario en el que podría sobrevenir el mayor de todos los males; una espiralización de la suba de precios que aún no ha sido conjurada”.
Si bien Rapètti considera que el DNU es más una táctica de negociación que una estrategia definitiva para llevar adelante un estilo de gobierno, subraya las dificultades que tendrá el Banco Central para acumular reservas al menos hasta la liquidación de exportaciones de la cosecha gruesa entre mayo y julio. “Según nuestras estimaciones, la Argentina contará con un piso de USD 20.000 millones adicionales durante 2024 por la vía del comercio exterior, principalmente gracias a la buena cosecha que se espera (USD 15.000 millones adicionales de exportaciones)”. Si bien estos números le permitirían terminar el año con reservas netas positivas por unos USD 3.000 millones, están muy lejos de ser suficientes para unificar el tipo de cambio y estabilizarlo de forma creíble y duradera. De este modo, a menos que entren fondos frescos del FMI, una alternativa bastante improbable por ahora, el gobierno tendrá graves dificultades para conseguir una estabilización macroeconómica, y seguramente el contexto social se le volverá progresivamente en contra al advertirse el impacto de un terrible ajuste sobre los bolsillos, sin alcanzar las metas anunciadas.