En el gobierno están convencidos de que Mauricio Macri está asombrado y confundido, sin saber cómo actuar. Si bien jugó sus fichas para recuperar la presidencia del PRO, viene dilatando permanentemente su reasunción, argumentando supuestos problemas administrativos. En las provincias la situación de su partido no es mejor, al punto de que dudan de convocar a comicios para la renovación de autoridades por temor al papelón de una ínfima participación. Puesto en la mira de Patricia Bullrich y de Karina Milei, duda entre salir a confrontar o llamarse a silencio hasta que el descontento popular contra el gobierno se incremente.
Mientras que Bullrich se ha insubordinado del todo, recomendándole incluso que se jubile, Karina pretende herirlo atacando la gestión de su primo Jorge en la CABA, tratando de contraer aún más las cajas de la Ciudad. Por esta razón, si bien ya concretó la recuperación de la presidencia del PRO hace más de dos meses, viene postergando su asunción sin definir una fecha cierta.
Macri pretende recuperar no sólo la jefatura sino la “identidad original” del PRO que le ha arrebatado Milei. Pero queda en claro que para la sociedad hoy el “cambio” está asociado a LLA. Y también que si este gobierno fracasa, arrastrará a las fuerzas del “cambio”, incluído el PRO. Por eso es que el laberinto se le presenta irresoluble, y no encuentra la manera de salir por arriba.
El diagnóstico del bullrichismo es que Macri está «complicado y aturdido», sin intención alguna de fusionarse con LLA, ya que debería hacerlo desde un lugar secundario. Esto no es problema para la Ministra, quien simultáneamente puede posicionarse en ambos espacios sin contradicción aparente.
Por esta razón durante el fin de semana Patricia anticipó que la fusión entre ambas fuerzas resulta inevitable, y que a Macri sólo le queda por delante la jubilación. Es la hora del pase de facturas largamente esperada por “la piba”, a la que Mauricio victimizó y ninguneó demasiadas veces.
«No le toca ser protagonista. Hay momentos en los que tenés que dejar que el protagonista sea otro», le lanzó a la cara a Mauricio desde la pantalla de la mismísima La Nación +.
Emilio Monzó, un avezado analista de la política desde adentro, señala que si bien para Macri hoy la estrategia es el acompañamiento con diferenciación, pero que no podrá durar demasiado tiempo. “La presidencia del PRO lo va a llevar invariablemente a Macri a diferenciarse del Gobierno rápidamente y esto, por la personalidad y carácter (de Milei) va a terminar en una ruptura”.
Macri no lo ignora y por eso demora el momento de su asunción. Pero no podrá hacerlo demasiado tiempo, a riesgo de ser desplazado como recambio dentro del universo del “cambio” por Victoria Villarruel, a quien intentó acercarse desde su llegada a la vicepresidencia, pero luego, por tiempismo o por desidia, evitó consolidar esa alianza.