• 15/03/2025 08:10

Karina y “Juancito”

Feb 20, 2025

El escándalo provocado por la estafa de $Libra ha puesto en la mira de la comunidad internacional no sólo a Javier Milei, sino también a su hermana Karina, sindicada como la portadora de la única llave que permite acceder al presidente, y de haber sacado –y continuar haciéndolo- jugosos beneficios económicos de esto. Tal como puede suceder, ante la magnitud de la situación, han comenzado a aparecer voces que denuncian haber sido víctimas o testigos de la exigencia de “coimas” que iban de los U$D 2000 a los U$D 50000 para acceder a la presencia de Javier Milei, o incluso para poder tener un contacto por whats app, según los montos abonados.
Las declaraciones del presidente, desde sus tiempos de panelista televisivo, confirman de manera contundente que, para los Milei, “el tiempo es dinero”, y que cualquier contribución o gesto deben tener una contraparte económica. Aún se recuerdan las denuncias sobre la venta de candidaturas para las elecciones de 2023 a lo largo del país, denunciadas por militantes fundadores del espacio de LLA que debieron ceder sus pretensiones a la fría convicción del dinero contante y sonante.
Justamente esta insistencia en convertir en dinero todo lo que tocan llevo a Javier Milei a tener participación activa en tres estafas con criptomonedas (incluida la actual). En una de ellas fue sobreseído por el Juez Ariel Lijo, quien se convirtió de la noche a la mañana en el candidato principal del gobierno actual para integrar la Corte Suprema. Pero lo que parece más novedoso por estos días es la coincidencia de numerosos actores que tuvieron acceso o proximidad con los hermanos Milei a destacar que la fría mente que movía los hilos de la pasión por la acumulación era la de Karina Milei, reduciendo el papel de Javier al de una especie de títere. Incluso los principales involucrados en el escándalo de $Libra subrayan el protagonismo excluyente de la hermana presidencial, como la portadora de las llaves de San Pedro que habilitan el ingreso al paraíso de los Milei.
Si bien esta coincidencia en responsabilizar a Karina como el engendro del mal que maneja los tiempos y las acciones de su hermano, e, incluso, tiene intervenidos sus teléfonos y cuentas para garantizarse un control absoluto, podría adjudicarse a una estrategia judicial y política que pretende presentar al presidente como un tonto, inestable emocionalmente, para tratar de derivar la responsabilidad de lo sucedido sobre ella, basta con recordar que, desde siempre, Javier Milei la reconoció como “El Jefe” y la colocó en un plano superior al propio. Tampoco serviría de mucho instalar la tesis de un Milei “bobo”, ya que la utilización de una cuenta con tilde gris –propio de los presidentes- en X, acompañada de la cronología de la estafa y de las pruebas contundentes que parecen apilarse cada día, dificultan postular su inocencia. Pero, más aún, sería casi imposible para Javier sobrevivir a una eventual eyección de Karina de su cargo y de su tutela política.
Por esta razón a nadie se le ocurre imaginar en la boca del presidente la frase letal “!Karina, afuera!”, simplemente porque no hay un afuera si no es compartido por ambos. De todos modos, hay pocas esperanzas de que la Justicia argentina actúe, aunque sea por una vez, de manera ejemplar y rápida, por lo que todas las opiniones coinciden en asegurar que el futuro de los Milei se definirá en los EEUU, ya sea por acción de la SEC, del FBI, del Poder Judicial o del FMI o los mercados.
La figura de esta Karina “faclitadora” trae inexorablemente a la mente la de otro hermano: nada menos que “Juancito” Duarte. Héctor Olivera, director de la película “Ay Juancito”, refleflexionaba al respecto: “ Imaginemos un muchacho que nace en un puesto en Los Toldos, en el campo, que se cría en el campo, que se traslada a una casa de dos ambientes, donde vivía doña Juana con sus cinco hijos, que después va a Junín y trabaja de repartidor de una farmacia, después de viajante de comercio, y que en un año se transforma en un ser omnipotente, que sabe que gusta”.
A su manera, “Juancito” parece haber sido un “facilitador “ del acceso a la figura de su hermana, que además supo realizar negocios millonarios invocando su nombre. Duarte obtuvo beneficios fabulosos, ya sea ejerciendo cargos púbicos –como el de inspector del Casino de Mar del Plata hasta el de Secretario de Juan Perón- de manera deshonesta, y hasta llegó a abordar un fabuloso negociado de tierras que conmovió a la opinión pública. La manera que encontraba la oposición de golpear al presidente era a través de las denuncias de las conductas de “Juancito”.
Pero, tal como sucede con las figuras que deben su fortuna a un astro mayor que las apaña y les sirve como blindaje, la suerte de “Juancito” se acabó con la muerte de Evita. Poco tiempo después, el general respondió a los informes de la Comisión investigadora sobre el negociado de tierras de El Palomar con un virulento discurso radiofónico: «He de terminar también con todo aquel que esté comiendo y robando en el gobierno. He ordenado una investigación en la Presidencia de la República para establecer la responsabilidad de cada uno, empezando por mí. Iría a la cárcel hasta mi propio padre si fuera ladrón. Porque robar al pueblo es traicionar a la Patria».
Poco después, golpeado por la sífilis avanzada y el descrédito, “Juancito” murió el 9 de abril de 1953, en circunstancias dudosas. ¿Suicidio o asesinato? Lo único cierto fue la bala alojada en su cráneo, ya que la investigación respectiva nunca consiguió avanzar.
Tanto en el caso de Karina como en el de “Juancito” aparecen flotando las figuras de la estafa y de la corrupción. En el de “Juancito” una Comisión Investigadora lo puso contra las cuerdas; en el otro, se habla de crear una similar. Claro está que, mientras que la figura de Evita siempre se mantuvo muy alejada de los negocios de su hermano, en el de Karina los eventuales beneficios –en caso de confirmarse- parecen ser compartidos.
Las llaves de San Pedro, en ambos casos, durante algún tiempo parecieron abrir las puertas del paraíso. ¿Terminarían habilitando, en cambio, el ingreso al Infierno?¨