• 30/06/2025 23:20

El derrumbe. El pan peronismo sangra debajo de la coraza

May 23, 2025

Lejos de significar un llamado de atención que propiciara un cambio de rumbo, las elecciones legislativas porteñas no tuvieron impacto alguno en la agresiva interna entre el cristinismo y el axelismo en la Provincia de Buenos Aires. Desde hace mucho tiempo, el pan peronismo ha perdido su capacidad para percibir los cambios en el humor y las expectativas sociales, para convertirse en un ente sin alma y sin rumbo, sólo preocupado por garantizar la libertad de Cristina Fernández y el control de las menguantes cajas que siguen en su poder.
La elección de CABA dejó enseñanzas en los diversos espacios políticos, a excepción del pan peronismo. Hasta ese domingo, los gobernadores se habían impuesto con claridad en sus provincias, sin que LLA tuviera mayor incidencia electoral, salvo en algún caso aislado. Pero el impacto del tercer lugar del PRO en la Ciudad de Buenos Aires encendió el fantasma de la duda entre los referentes de lo que supo ser JxC. Sin un apellido Milei encabezando la lista electoral, LLA se impuso en la CABA, más allá de la mengua sustancial en sus votos respecto de 2023, algo que afectó a todas las fuerzas políticas. ¿Qué podría pasar si las próximas elecciones provinciales y, desde luego, las nacionales, naciolizaran la agenda del debate de campaña? ¿Podría el color violeta, con un respaldo mediático y oficial similar al de la CABA, repetir esa perfomance a lo del país?
En la Provincia de Buenos Aires la absorción del PRO por LLA es un hecho consumado. Sólo resta saber si el partido amarillo presentará listas testimoniales que podrían restarle algunos puntos al oficialismo nacional, o prefiere llamarse a silencio. En cualquier caso, el arrastre de votantes anti-peronistas hacia LLA es un hecho consumado en territorio bonaerense. Esta cruda comprobación, sin embargo, no les mueve el amperímetro ni a cristinistas ni a axelistas, que siguen jugando una interna suicida prescindiendo de los datos palpables que ofrece la realidad.
El pasado jueves fracasó la sesión del Senado Provincial que había convocado la vicegobernadora Verónica Magario para liberar la elección ilimitada de legisladores y concejales. Desde el oficialismo provincial se pretendía sumar a los intendentes a este beneficio, pero la convocatoria se cayó por falta de quórum. Magario había negociado el apoyo de legisladores opositores siempre y cuando garantizara la presencia de los representantes de UxP en pleno. Pero ni siquiera para eso pudieron ponerse de acuerdo.
Lo más grave del caso para el panperonismo provincial es que el diálogo entre Cristina y Máximo, de un lado, y Axel, del otro, está roto. En ambos campamentos intentan convencer de que, finalmente, el acuerdo llegará, pero que seguramente comenzará a avanzar a partir del 10 de julio, una vez presentados los frentes y alianzas electorales, cuando la presión del cronograma electoral exija adoptar definiciones. En el medio queda un mes y medio para el desangramiento interno, algo que invita a cuestionar si realmente el entendimiento llegará o si ambos espacios concurrirán con listas separadas a los comicios provinciales.
El otro problema que se plantea es el debilitamiento de la gobernanza de la gestión, con bloques de legisladores partidos en ambas cámaras, sin presupuesto y sin autorización para un indispensable endeudamiento. El cristinismo y la Cámpora pretenden forzar a la rendición de Axel Kicillof restándole su apoyo, sin advertir –o sin importarles- cuál pueda ser el impacto electoral de esa política cínica y miope.
Las elecciones realizadas hasta ahora demuestran una dramática disminución de la participación de la ciudadanía. ¿Se repetirá este comportamiento en la PBA y, de ser así, atravesará de la misma forma a todas las fuerzas políticas en competencia, o el oficialismo provincial será el más dañado ante el hastío de su base social por las rencillas internas y la falta de empatía con los sufrimientos y demandas de su masa de votantes histórica?