• 16/09/2025 06:16

Zanahoria de plástico, violín en bolsa

Sep 16, 2025

Y llegó, por fin, la noche del lunes de cadena nacional prometida por el gobierno para tratar de generar expectativas y quitar la atención de la agenda del eje de los audios que involucran a Karina Milei y los primos Menem, y de la paliza histórica recibida en las elecciones de la Provincia de Buenos Aires.
Prima face, la propuesta parecía atractiva. Un Javier Milei presentando su presupuesto para 2026, después de haber gobernado dos años con total discrecionalidad en el manejo de las finanzas públicas. Pero, tal como suele suceder, entre las expectativas y la realidad aparece un hiato que termina generando mayor insatisfacción y disgusto social, porque el presidente sólo anunció más de lo mismo: motosierra y recortes para todos y todas.
La alocución tuvo dos destinatarios principales pero no equiparables. El más importante fueron los mercados, a quienes viene tratando de seducir consecuentemente desde siempre, pero con mayor insistencia desde la noche funesta para el gobierno de la elección bonaerense. Los ejes, como siempre, son dos: adjudicar la derrota a una mala estrategia electoral y anticipar que a partir de ahora el ajuste se potenciará. Queda claro que el plan oficial consiste en tratar gobernar apoyándose en los mercados, haciendo oídos sordos a las señales críticas emanadas de la sociedad en las ocho derrotas que le impuso en comicios provinciales hasta el momento. Sólo así se explica el ninguneo dedicado a nuestros compatriotas.
Sin embargo hubo esta vez un gesto, mínimo y vacuo, a la sociedad, al prometer una mejora en los recursos destinados a previsión social, discapacidad y educación universitaria. Sin embargo, la falta de precisiones y la escasa empatía que emanaban del orador no aportaron razón alguna para tomar en serio sus afirmaciones. Milei siempre afirmó que era un ”topo que venía a destruir al Estado”. Por desgracia ese fue la única promesa de campaña en la que está teniendo un éxito rotundo.
La alocución de Milei pareció calcada de su similar de un año atrás, tras la cual decidió retirar el presupuesto adelantado para gobernar con total discrecionalidad. Un discurso ideológico y vacío, sin precisiones ni interés alguno en brindarlas.
Sin embargo, hubo algunos cambios que se explican por el crítico momento que atraviesa su gestión. Al menos tuvo en cuenta los aportes de las encuestas sobre la agenda que preocupa a los argentinos, aunque no se preocupó por ofrecer ninguna solución concreta. También cambió su tono y su expresión: no hubo insultos, ni descalificaciones para la “casta”, y su rostro se volvió impersonal: era el de un hombre abatido y abrumado por los desafíos que se le plantean.
Tampoco omitió la célebre sentencia “Lo peor ya pasó”, a la que recurrieron Martínez de Hoz, Alfonsin, De la Rúa y Mauricio Macri cuando su situación se volvió desesperante.
El presidente del bloque de UxP en Diputados, Germán Martínez, sostuvo que Mieli «sigue sin registrar la magnitud del malhumor que hay en gran parte del pueblo argentino y que se expresó en parte en las recientes elecciones de la PBA. No anunció nada que alivie la vida cotidiana de las y los argentinos hoy. Ninguna mejora inmediata para trabajadores, jubilados, pensionados, personas con discapacidad, universidades, provincias. Tampoco hubo anuncios para la industria, las pymes y el comercio, afectados por un profundo freno económico».
Martínez concluyó en que «el 90% de lo que dijo, ya lo enunció el año pasado cuando presentó el proyecto de ley de presupuesto que él mismo abortó en su tratamiento». No fue el único. Pablo Juliano, presidente de la bancada Democracia Para Siempre, aseguró que «lo peor no pasó», y recordó que «El año pasado el oficialismo cerró la comisión de Presupuesto para que no haya ley. Más que palabras hacen falta hechos y resultados», sentenció.
Oscar Agost Carreño, desde el pichettismo, explicó que el presidente «cambió el tono ero no el rumbo». “Bajó 10 cambios y hasta habló de consensos», «promete para 2026 lo que negó durante los últimos dos años», y «asegura que su prioridad es la Educación, la Salud y los Jubilados, pero la realidad lo desmiente». Su conclusión fue brutal: Milei «ofrece una zanahoria de plástico para evitar que gobernadores y aliados insistan con las leyes del Garrahan y de las universidades, que buscan garantizar fondos ahora y no postergarlos para más adelante».
La noche de la cadena nacional había venido precedida por una jornada negra en los mercados, con los títulos públicos cayendo otro 6% y las cotizaciones de los dólares tocando la banda superior o bien superándola. El fin de semana no había sido más benévolo, sobre todo cuando se conoció que los dos empresarios más caracterizados que “construyeron” la marioneta Milei se habían reunido en el restaurante del Hipódromo de San Isidro con un economista mimado por el establishment, fanático de Racing y devoto de la tintura negra, quien en su momento había elaborado un programa económico para un eventual gobierno de Patricia Bullrich desde la Fundación Mediterránea.
Esto se explica porque más allá de los intereses geopolíticos de la tríada EEUU, Gran Bretaña e Israel que lo siguen respaldando por su condición de instrumento útil para su estrategia global, el empresariado local y hasta varios consorcios financieros top a nivel internacional están convencidos de que ha llegado el momento del recambio, por dos razones fundamentales: la primera, porque está destrozando sus activos tal como lo demuestra la sistemática y constante caída de sus acciones; la segunda, porque consideran necesario imponer una alternativa de recambio que impida que el panperonismo retorne a la titularidad del gobierno.
Los nombres de las opciones en danza están ya blanqueados y nadie se molesta en desmentirlos. ¨La vioepresidenta Victoria Villarruel sería la opción menos traumática, pero cuenta con escasa espalda y respaldos políticos. Juan Schiaretti goza de gran consenso, pero habría que esperar hasta su asunción como Diputado en diciembre, un plazo que parece demasiado lejano ante la magnitud del daño que les está causando Milei a los dueños de la Argentina. Miguel Ángel Picheto, el mayor exponente de un teórico Partido del Orden siempre es opción de recambio y, finalmente, el gobernador santafesino, Maximiliano Pullaro, quien el pasado viernes, en Córdoba, sostuvo que “Provincias Unidas va a poner al próximo presidente de la Argentina”, también se probó el traje de candidato de recambio anticipado.
Mientras que el gobierno parece señalar a las elecciones de octubre como la prueba de fuego para su continuidad, el mercado da señales muy claras de que su paciencia se acabaría mucho antes, quizá en alguna de las 30 jornadas bursátiles que se desplegarán antes de los comicios.
Pero el desgaste no sólo proviene de la corrida financiera actual, sino también de la deteriorada situación judicial y el rechazo creciente en la opinión pública que experimenta el gobierno nacional. En los próximos días se levantará el secreto de sumario de la causa de los audios y las coimas en la ANDIS y todo hace suponer que no sólo quedarán en situación desesperante Karina Milei, los primos Menem y los titulares de la Droguería Suiza, sino también otros funcionarios y allegados de primer nivel. También se aguardan novedades sobre las estafas con los rezagos de Aduana, el saqueo de la obra social OSPRERA, el PAMI, la ANSES, y la siempre amenazante causa $Libra. Y ni qué decir del temor que genera en la Rosada la interpelación legislativa a la que fue citada Karina Milei, la experta en terrorismo gramatical.
En un contexto desesperante, el presidente formal se desentiende como siempre de la política; la presidenta delegada se empreña en facturar y organizar una fuerza política nacional; el Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y su pollo, el ahora Ministro del Interior, Lisandro Catalán, profundizan su guerra de guerrillas contra los primos Menem; y el “Mago del Kremlin”, cada vez más reconvertido en “ingeniero del Caos”, busca apoyos en el PRO para tratar de reposicionarse en una interna que ha perdido hace rato.
Así las cosas, quien ha asumido la conducción de la estrategia política institucional es el ministro Luis Caputo, el custodio de la caja, quien fue incluido en la Mesa Federal para negociar directamente con los gobernadores. Pero el “Toto” está débil, y el FMI parece dispuesto a hacerlo despedir nuevamente. El pollo del organismo de crédito es nada menos que el Miinistro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, quien como tal no tiene tareas en curso en el presente, aunque sigue desempeñándose como Asesor del FMI.
¿¡Qué mejor que un hombre del organismo de crédito internacional para seguir sus órdenes y cuidar sus intereses!?
A 24 hs de la masiva movilización que comenzó siendo universitaria y a la que cada día se suman más sectores, para custodiar el debate de Diputados para tratar de hundir los vetos de Javier Milei, el panorama se vuelve cada vez más escalofriante. Tanto si el gobierno es derrotado como si consigue salvar la ropa, el malhumor social no dejará de incrementarse. Los mercados lo saben y la evolución en las cotizaciones del dólar, las acciones y los bonos argentinos expresan su preocupación y su ansiedad.