Y un día volvió Mauricio Macri al país, pero sigue generando dudas respecto de su juego electoral. A poco de llegar afirmó que “Patricia Bullrich es mi candidata”. Y para refrendar su afirmación, aseguró que “Decir que tengo dos candidatos es no conocerme”.
Sin embargo, pese a las seguridades que intentó brindar al respecto, el juego de especulaciones continúa. Por más que ahora afirme que respalda la candidatura de JxC, sus movidas anteriores, acercándole financistas y asesores para sostener la campaña de Javier Milei no pueden pasarse por alto, sobre todo porque, lejos de dar un paso al costado, siguen trabajando activamente en favor del libertario.
En diálogo con la señal TN, Macri reiteró que “Patricia Bullrich es mi candidata. Yo escuchaba a personas que halaban hasta de mi psicología, leía versiones maliciosas de que podía tener dos candidatos… eso es como no conocerme. Yo tengo una historia, fundamos un partido, lo ampliamos en una coalición”.
Sin embargo, sus aclaraciones llegan tarde y resultan insuficientes. La semana pasada Patricia Bullrich tomó distancias del ex presidente, cansada de sus coqueteos y ambigüedades que dañaron sensiblemente sus chances electorales.
Otra de sus afirmaciones permite comprender mejor su juego. “Lo que va a pasar es que vamos a ir a una segunda vuelta con los libertarios y soy optimista de que vamos a ser los que representemos el cambio liderado por una gran experiencia”. Tras haber resignado su candidatura presidencial, Mauricio sueña que se de ese horizonte de ballotage, para jugar un papel clave como articulador entre ambos espacios políticos más allá de quien terminara imponiéndose.
Explícito como nunca, Macri insistió en sus elogios hacia la candidata de JxC. “Lo que hay que hacer es restablecer a la Argentina, ponerla dentro de la ley y Patricia no va a dar un paso atrás porque ella ya los enfrentó, ya los conoce, y fue una gran ministra. La Argentina necesita un cambio profundo, real, y ese es el que puede aportar Patricia, con un equipo, con plan, con una experiencia, con un volumen. Yo ya goberné con un tercio de la Cámara de Diputados, con el 20% del Senado, con cuatro gobernadores, no se puede gobernar así.”
E inmediatamente responsabilizó a la sociedad argentina del fracaso de su gobierno. “Ahora que hay decisión de cambio, porque en el 2015 no estaba, la sociedad no lo tenía, quería emprolijar, terminar con la corrupción, pero no se daba cuenta de que lo que estaba mal eran las ideas. El árbol no nos dejó ver el bosque, la corrupción fue un desastre, pero peor fue la improvisación, la ineficiencia, la incapacidad que ahora vemos con los juicios que hay y que van a seguir llegando”.
En esa nueva versión con discurso renovado, Macri reconoció que “la expectativa era otra, era que Juntos por el Cambio iba a estar en 30 y pico (de puntos) y los demás, más lejos”, pero inmediatamente le bajó el precio a Milei. “Eso fue un empate”, interpretó sobre el resultado de las PASO, y remarcó que el libertario “no competía contra nadie, no tenía interna”.
En el entorno del ex presidente dejaron filtrar que las palabras de ruptura de Patricia Bullrich lo conmovieron, ya que perjudicaron su proyecto de convertirse en el gran articulador de una alianza próxima entre JxC y los libertarios. Por eso decidió sobredimensionar su apoyo a la candidata, para tratar de recuperar su vínculo.
Por último, y en esta línea de pensamiento, planteó que “El desafío nuestro es que parte de aquellos que se enojaron, y que nos acompañaron en el 2019, cuando llegamos a ese 41% histórico, vuelvan a apoyarnos, porque acá está el cambio, con Patricia, que tiene con qué, tiene el carácter, el temple, el equipo y el plan, así que soy optimista de que este debate va a ir creciendo”.
Pero también sus allegados aceptan que, en caso de conseguir el perón de Patricia, volverá a su juego de ambigüedades para no perder la consideración de Milei. Al fin y al cabo, le tiene rodeada la manzana con financistas y asesores que le responden en última instancia.
Macri sigue jugando su juego cínico y especulativo que tal vez podría permitirle una recuperación de su liderazgo, o dejarlo definitivamente afuera según cómo se alineen los planetas.