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Las presiones de Mauricio y el dilema de Jorge Macri: ¿Qué hacer con la UCR?

Sep 14, 2023

Jorge Macri avanza en círculos entre su necesidad de obtener el mejor resultado electoral posible y las presiones de su primo Mauricio, a quien le debe su candidatura, para conformar un gobierno PRO «puro». A la postre, el liderazgo del ex presidente siempre termina imponiéndose: las reuniones con el radicalismo y las definiciones de sus acuerdos políticos quedaron postergadas hasta después de las elecciones de octubre y sólo se llevarán a cabo si precisa a la UCR para obtener la victoria en una segunda vuelta electoral.
En el PRO porteño creen que sus aliados de Juntos en la CABA tienen buenas razones para salir a militar la candidatura del intendente de Vicente López y Ministro de Gobierno porteño, ya que sus propias bancas legislativas y cargos comunales están colgados de su boleta.
Al ser consultado sobre eventuales negociaciones, el entorno de Jorge Macri responde taxativamente: «No se está discutiendo nada». Están convencidos de que no hay chances de perder la elección, por lo que no habría razón para estar compartiendo cargos de la Ciudad con las fuerzas aliadas. Sólo si hay balotaje deberían apelar a esa distribución, porque para entonces esas otras fuerzas ya tendrían definidas sus bancas y cargos comunales, por lo que no tendrían incentivo alguno para acompañar al candidato a la Jefatura de Gobierno.
«Hay 5 comunas en donde el PRO no tiene la presidencia y en las demás no tiene mayoría», dejaron saber desde la UCR porteña.
Aunque se imponga, Jorge Macri tendrá un escenario legislativo menos amigable de los que dispusieron Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta. Con una elección de 45 puntos el PRO sólo tendría 11 legisladores propios. «Eso ni siquiera alcanza para frenar un juicio político», anotician desde Juntos.
En el entorno del candidato achacaron la responsabilidad de la tensa situación interna al ex presidente. «Jorge es duro negociando, pero quiere romper nada. Otra cosa es Mauricio», quien desprecia al radicalismo y quiere supervisar su eventual gobierno. En el PRO porteño descuentan que esta pretensión condicionará la campaña y su gobierno, salvo que –paradójicamente- tenga que afrontar un ballotage y así darles cabida en su gestión.
Pero la tensión interna de Juntos resulta innegable y no se descarta una ruptura después del 10 de diciembre, o tal vez antes, cuando se tenga la resolución final de las elecciones. En la actualidad la UCR cuenta con un ministerio, una secretaría y la Presidencia del Banco Ciudad, pero no han recibido ninguna señal de continuidad luego del cambio de mando. En un escenario hipotético de despojo de esos cargos, los radicales tendrían escasos incentivos para seguir formando parte de la coalición.