• 26/07/2024 09:40

Los datos de la catástrofe

Feb 18, 2024

 

La Argentina se ha convertido en una fabulosa fábrica de pobres e indigentes. En sólo 3 meses, a consecuencia de la devaluación y el salto del valor de la canasta básica, se sumaron 3,6 millones de nuevos pobres, producto del desplome de la clase media profesional y asalariada. Los indicadores generales, entonces, subieron del 38,5% en el tercer trimestre del año pasado, al 46,3% en el cuarto trimestre de 2023. Un aumento de 7,8% en tiempo récord.

Los datos corresponden al estudio realizado por Martín Rozada, Director de la Maestría en Econometría de la Universidad Di Tella. Pero si este cálculo ya resultaba alarmante, la proyección para el mes de enero pasado estaría en un 46,8%. Proyectándolo a todo el país, rondaríamos los 21,8 millones de pobres, incluyendo la población rural.

Si bien inflación de enero fue del 20,6%, en las regiones y provincias más pobres la suba de los precios fue superior. En Tucumán, por ejemplo, la inflación fue del 24,1% según la Dirección de Estadística de esa Provincia, mientras que en diciembre había sido del 24,5%.

Los datos oficiales del INDEC dan cuenta de que la canasta de pobreza aumentó en el cuarto trimestre de 2023 un 72,9%, con un pico del 27% en el mes de diciembre, con la pronunciada devaluación del peso que implementó Javier Milei. Otro dato alarmante es que durante todo 2023, mientras que la inflación promedio fue del 211,4%, la línea de pobreza la superó, sumando el 225,1%

De este modo, en el mes de enero 2023, la canasta de pobreza para una persona adulta fue de $ 193.146. Para el caso de una familia tipo, sin calcular el alquiler, fue de $ 596.823.

Los salarios formales e informales, durante el cuarto trimestre de 2023 –el tramo final de la gestión de Sergio Massa- en promedio aumentaron el 28,7% y un 152,7% durante todo el año pasado. Si bien se ubicaron muy por debajo de la inflación promedio, parecen el paraíso comparado contra la motosierra de Milei.

Al incluirse los la megadevaluación del gobierno actual, 2023 dio una pérdida para jubilados y pensionados de entre 14,2% -en el caso de los que percibieron el bono para los haberes mínimos- y el 32,3% para los haberes medios y más altos. En enero y febrero 2024 fue aún peor, ya que percibieron lo mismo que en diciembre, pero con una inflación acumulada en esos 2 meses superior al 50%.

En el caso de la pobreza infantil (menores de 14 años), el escenario no es menos sombrío. En el tercer trimestre de 2023 fue del 54,8%, y habría superado el 60% en el cuarto trimestre.

En este contexto, el gobierno ha suspendido el envío de alimentos a los comedores populares, liberado precios y tarifas y auspiciado con sus políticas la suba de la canasta básica y de los alquileres. Es curioso ver al presidente eufórico por los datos fiscales que posibilitó su política malthusiana, sin preocuparse por sus consecuencias humanitarias.

¿Resistirá el hilo de la autocontención social sin quebrarse?