• 27/07/2024 01:04

En el mismo lodo Cúneo Libarona y su hermano defendieron a una de las familias de narcotraficantes más peligrosas de Argentina

Mar 12, 2024

 

Resolver el gravísimo problema del narcotráfico en la Argentina no es tarea sencilla, sobre todo por el involucramiento en sus redes de fuerzas de seguridad, el poder judicial, el poder político, empresarios inmobiliarios y financieros y la inexistencia de controles efectivos para impedir su comercialización.

La situación alcanza una gravedad tal que Mariano Cúneo Libarona, actual Ministro de Justicia, fue abogado de «Mameluco» Villalba, el narcotraficante más importante del país, a quien Bullrich permite seguir su juicio desde la cárcel, sin que tenga que molestarse en ser trasladado a los tribunales. Ante la divulgación de esta relación entre el ministro y el delincuente, Cúneo Libarona trató de despegarse afirmando que el defensor fue su hermano. Pero compartían estudio y, lo que es aún más grave, es que sí representó al hijo del narco y asesino.

Los argumentos de Cúneo Libarona son tan insostenibles como los ofrecidos por el propio Milei para tratar de desmentir su responsabilidad en la decisión de autoasignarse un aumento del 48% -extendido a los principales funcionarios nacionales-, mientras que la Secretaría de Trabajo rehúsa homologar los resultados de la mayoría de las paritarias gremiales. Hay dinero para el presidente y su séquito, pero a los trabajadores, a los jubilados y a los beneficiarios de planes sociales se les impide incrementar mínimamente sus ingresos, derrumbados por una inflación acumulativa que suma más del 55% durante la gestión Milei, y que fue fogoneada por las políticas de la administración actual.

Aunque traten de negarlo, el gobierno de Javier Milei atraviesa momentos de máxima tensión. Los niveles de inflación siguen siendo elevadísimos, la producción y el comercio se cayeron a pique, la recaudación disminuyó dramáticamente a consecuencia de la depresión que fogoneó el gobierno y las erogaciones que no realizó para mostrar números positivos no podrán postergarse indefinidamente.

En este contexto aparece la denuncia de Carlos Pagni de que Cúneo Libarona abandonó la representación de «Mameluco» para asumir su cargo. «Patricia Bullrich está pidiendo una reforma legal para que haya mayor severidad sobre las bandas de narcotraficantes. Las fuerzas armadas están limitadas para intervenir. Bullrich se hace cargo de una reforma judicial. El ministro de Justicia Mariano Cúneo Libarona parece quedar marginado», adelantó Pagni. E inmediatamente vinculó al ministro de Justicia con el capo narco: «En estas horas se conoció una novedad: un narcotraficante de la provincia de Buenos Aires sigue el juicio oral desde la cárcel. Estamos hablando de ‘Mameluco’ Villalba. No va a las audiencias porque Bullrich pensó que es peligroso sacarlo de la cárcel».

«Mameluco» Villalba tiene una condena de 27 años de prisión por narcoitráfico, acusado del homicidio de Candela Sol Rodríguez (secuestrada y asesinada en agosto de 2011) y es investigado por lavado.

«Curiosamente, el abogado del narcotraficante Villalba era Cúneo Libarona. ¿Tiene culpa el ministro por ser abogado de un cliente que es narcotraficante? No, está en su derecho como penalista. Pero políticamente aparecen algunas incompatibilidades. En el caso de Cúneo Libarona, son cada vez más frecuentes», reflexionó Pagni.

Cúneo Libarona salió inmediatamente a tratar de desmentir esas afirmaciones en su cuenta de X. «IMPORTANTE: Jamás fui abogado, no lo conozco, ni lo vi en mi vida a ´Mameluco` Villalba. Me informan ahora que quien ejerció su defensa hace muchísimos años atrás (en legítimo ejercicio del derecho a contar con un abogado defensor) fue mi hermano Matías y somos independientes».

Y remató: No se chequeó la información ni en el expediente, ni conmigo ni en la prensa de esa época. FALSO».

Pero la desmentida se cae por su propia fragilidad, ya que la acusación de Pagni no cuestionaba la legalidad de que un abogado defendiera a un acusado, sino a la inconveniencia política de que ese mismo abogado ejerciera el Ministerio de Justicia en un contexto como el actual. Además, el ministro y su hermano son “independientes” y que dicha representación fue hace «muchísimos años» son dos argumentos que faltan a la verdad.

Al ingresar a la página oficial del estudio «Cúneo Libarona abogados» aparece una imagen familiar que incluye a Mariano y Matías Cúneo Libarona. Por si fuera poco, en un scroll basta para leer en la parte inferior del sitio la leyenda «Se informa que el Dr. Mariano Cúneo Libarona, por haber asumido como Ministro de Justicia de la Nación, actualmente no forma parte del estudio jurídico Cúneo Libarona. Estamos trabajando en la actualización de la página web». Es decir, que hasta el momento de asumir no había sido “independiente”.

En realidad, Mariano Cúneo Libarona defendió personalmente a Iván Gabriel Villalba, hijo de “Mameluco”, en el Juzgado Federal de Paraná, donde condenado a ocho años y seis meses de prisión por transportar 80 kilos marihuana oculta en el baúl de un automóvil desde el norte argentino hasta el conurbano bonaerense. Por entonces, el joven intentó fraguar su identidad. Y, por si fuera poco, es investigado por dos asesinatos, entre otros delitos.

Pero este no es el único caso en el que Cúneo Libarona defendió a un narco. También lo hizo con
Sergio Varisco, el fallecido ex intendente de Paraná, en la causa por narcotráfico que le llevó a prisión, cuando asesoró a los doctores Rubén Pagliotto y Miguel Angel Cullen.

¿Es posible afrontar la lucha contra el narcotráfico con un Ministro que tiene una relación tan fluida y próxima con sus principales cabecillas? ¿Cuánto resistirá lo que queda de la credibilidad del gobierno con su insistencia a presentar argumentos falaces, en los que el propio presidente demuestra una pericia nunca vista?

El gobierno de Milei afronta su peor momento, atascado en el lodo de sus propias acciones, y su credibilidad se está “cayendo como un piano”, apelando a la frase del propio presidente para describir la situación actual de la inflación, que sólo en su Diario de Yrigoyen presenta cifras alentadoras.