• 22/04/2025 03:24

La Provincia de Buenos Aires, ¿un castillo de naipes?

Abr 12, 2025

El tembladeral político dentro del oficialismo de la Provincia de Buenos Aires no deja de escalar. La fragilidad de la relación que aún se sostiene entre los tres principales espacios de referencia –el axelismo, La Cámpora y el Frente Renovador- semeja a un castillo de naipes al que cualquier leve brisa podría derrumbar. En las circunstancias actuales, las apelaciones a la unidad a toda costa suenan más a frase hecha que a convicción de las fuerzas en conflicto.
Después de haber sancionado por decreto la disociación electoral, entre comicios provinciales y nacionales, el gobierno debe afrontar una segunda movida clave: la anulación de las PASO para las elecciones bonaerenses. Sin el respaldo del cristinismo, el gobernador Axel Kicillof medita dos alternativas: la redacción de un “decreto de fuerza mayor gubernamental”, fundado en que «Queda muy poco tiempo para la primaria y podría justificarse el decreto», aunque queda claro que, con la Legislatura en funcionamiento su validez legal sería muy cuestionable, por lo que «hay que ser osados» y salir a pelear su aprobación por parte de la Justicia.
La otra opción se amolda a las disposiciones institucionales, pero podría significar la ruptura definitiva de UxP. Hacia el cierre dela semana Verónica Magario convalidó un pedido de Sesión Especial elevado por todos los bloques opositores para tratar la supresión de las PASO, que se realizará el próximo martes. Para su aprobación en el Senado, previo a su tratamiento en Diputados, harían falta 24 votos, y la oposición cuenta con 26 escaños. Esto es, Kicillof podría obtener la media sanción sin precisar los votos del pan peronismo.
Después de un par de días de silencio mediático Magario reafirmó su alianza con Axel Kicillof. Habló con Cristina, le aseguró que en caso de que la ex presidenta quisiera presentarse no le discutiría el primer lugar en las listas de La Matanza, pero no más que eso. La vicegobernadora tiene en claro que acordar con la ex presidenta y la Cámpora contra Kicillof sería una decisión irracional, ya que es bien sabido cuál es el tratamiento que Cristina y la Cámpora dan a sus aliados.
La eventual aprobación de la anulación de las PASO con sólo algunos votos peronistas y del Frente Renovador sumados a los de las fuerzas opositoras seguramente marcaría el fin de la alianza entre el axelismo y el cristinismo. Más aún cuando Teresa García planea insistir con torcerle el brazo al gobernador y sancionar la simultaneidad de los comicios en la misma sesión. En caso de que la anulación corra y la iniciativa del cristinismo sea rechazada, no sólo la fractura sería inevitable, sino que los niveles de virulencia alcanzados hasta el presente en los cruces entre ambos llegarían al paroxismo.
En una reunión que mantuvo Kicillof con los intendentes que lo secundan, les solicitó su presencia en la sesión del próximo martes, para presionar y respaldar a los senadores oficialistas para aprobar la iniciativa de anulación de las PASO, y a la vez respaldarlos ante las presiones y chantajes habituales de la Cámpora.
Pero la apuesta va mucho más allá, ya que se evalúa para el caso de que axelistas y cristinistas vayan en listas separadas, los intendentes que acompañan al gobernador encabecen sus boletas como candidatos testimoniales, para confrontar contra Cristina y La Cámpora.
En el pan peronismo se está discutiendo el liderazgo con una determinación tal que recuerda los tiempos de la interna entre Antonio Cafiero y Carlos Menem, aunque acotada por ahora a la Provincia de Buenos Aires. De la manera en que plantearon la confrontación Cristina y los suyos han terminado por poner en riesgo su propia supervivencia política, en caso de una derrota.
Más allá delas apelaciones a la unidad, todos tienen en claro que la definición de la conducción deberá darse en las urnas, por lo que la ruptura parezca inevitable. Aunque ella conlleve la derrota electoral como telón de fondo.
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