La participación de la Selección Argentina en la Copa América que se disputará este año en EEUU a partir del mes de junio está en peligro. No es sino otra de las consecuencias del Mega DNU que firmó el presidente argentino, que habilita la privatización de los clubes de fútbol.
Si bien es cierto que existen muchos clubes que funcionan como Sociedades Anónimas Deportivas o similares a nivel internacional, el problema en este caso radica en la intromisión del gobierno dentro de la administración del fútbol.
De este modo, el Mega DNU expone al fútbol argentino a graves sanciones internacionales, que podrían dejarlo afuera de las competencias internacionales. La Confederación Argentina de Deportes (CAD) advirtió al respecto en un comunicado en el que denuncia que la “conducta y procedimiento del Poder Ejecutivo es violatoria del art. 20 de la ley 20.655 en el cual se reconoce la autonomía de las Asociaciones Civiles Deportivas integrantes del Sistema Institucional del Deporte y la Actividad Física en el libre ejercicio de sus funciones (…) Se estipula en cuyos estatutos severas penalidades en caso de injerencia de los Gobiernos en asuntos relacionados a la vida institucional de las entidades que la componen» explica el comunicado de la CAD.”
En lo referido a las consecuencias de los dispuesto en el Mega DNU, la CAD explica que “La CONMEBOL podría marginar de sus competencias a los clubes del fútbol argentino y de mantenerse vigente en el tiempo el citado decreto peligraría la participación de la Selección Argentina de Fútbol en la Copa América a jugarse en Estados Unidos.”
Y las consecuencias no se limitarían a eso. “Asimismo, y en igual sentido, procedería el Comité Olímpico Internacional y Paralímpico en suspender la participación de los y las atletas que representen a nuestro país en los próximos Juegos Olímpicos”.
La contradicción entre el discurso libertario y las medidas intervencionistas sistemáticas para gestionar negocios en beneficios del sector privado podría significar también un colapso para el deporte argentino. Y lo que sería un fabuloso negocio para el macrismo y sus socios internacionales podría significar un colapso para la gobernanza de una sociedad dispuesta a resignar demasiadas cosas –como demostró con su voto-, pero difícilmente el fútbol.